¿Cómo ocurren los
terremotos?
Vista aérea de la falla
de San Andrés en Carrizo Plain, California Central
Un terremoto es la vibración, a veces violenta, de la superficie de la Tierra
que sigue a una liberación de energía en la corteza terrestre. Esta energía
puede ser generada por una súbita dislocación de fragmentos de la corteza, por
una erupción volcánica o incluso por explosiones artificiales. Los seísmos más
destructivos, no obstante, son los originados por dislocaciones en la corteza.
La corteza primero debe doblarse y entonces, cuando la tensión excede la
resistencia de las rocas, se rompe y “salta” a una nueva posición. En el
proceso de ruptura, se generan vibraciones llamadas “ondas sísmicas”. Estas
ondas viajan desde el foco del terremoto por la superficie y a través de la
Tierra con velocidades que varían según los materiales que atraviesan. Algunas
de las vibraciones tienen una frecuencia lo suficientemente alta como para ser
audibles, mientras que otras son de muy baja frecuencia. Estas vibraciones
hacen que todo el planeta tiemble o resuene como una campana o un diapasón.
Una falla es una fractura en la corteza
terrestre a largo de la cual dos bloques de corteza se han deslizado uno
respecto al otro. Se dividen en tres grupos principales dependiendo de cómo se
mueven. Fallas normales tienen lugar
en respuesta a esfuerzos de tensión; el
labio superior desciende sobre la pendiente del plano de falla. Fallas inversas aparecen en respuesta a
esfuerzos de compresión; el labio superior sube sobre la pendiente del plano de
falla. Fallas laterales se deben a
otros tipos de esfuerzos; los labios se mueven horizontalmente uno junto al
otro. En las zonas distensivas la mayoría de las
fallas son normales, en las zonas de subducción son inversas, mientras que en
los bordes transformantes son laterales.
Los geólogos
han observado que los terremotos tienden a repetirse a lo largo de las fallas,
las cuales reflejan zones de debilidad de la corteza
terrestre. Incluso si una zona de falla ha experimentado recientemente un
terremoto, no hay garantía de que toda la tensión ha sido liberada. Todavía
podría ocurrir otro terremoto. En Nuevo Madrid, un gran terremoto fue seguido
antes de 6 horas por una gran réplica el 6 de diciembre de 1811. Aún más, la
liberación de tensión en una zona de una falla puede aumenta la misma en otra
zona; los terremotos de Nuevo Madrid de enero y febrero de 1812 pudieron ser
resultado de este fenómeno.
La
profundidad de un terremoto es la distancia vertical desde la superficie hasta
la zona donde se origina la energía del seísmo (el foco). Los terremotos con profanidades hasta unos 70 kilómetros se
clasifican como someros. Los de profundidades entre 70 y 300 kilómetros se
clasifican como intermedios. Los focos de los terremotos profundos pueden
alcanzar profundidades de más de 700 kilómetros. Los focos de la mayoría de los
terremotos se concentran en la corteza y el manto superior. El centro de la
Tierra está a unos 6.370 kilómetros, por lo que incluso los terremotos más
profundos se originan en las partes relativamente superficiales del interior
del planeta.
El epicentro de un terremoto es el punto de
la superficie terrestre situado directamente sobre el foco. La localización de
un terremoto normalmente se describe mediante la posición geográfica del
epicentro y su profundidad.
Los
terremotos bajo el fondo oceánico a veces producen inmensas olas o tsunamis
(del japonés “ola de puerto”). Estas olas atraviesan el océano a velocidades
tan altoas como 960 km/h y
pueden alcanzar 15 metros de altura o más cuando alcanzan la orilla. Durante el
terremoto de Alaska de 1964, los tsunamis inundaron áreas costeras y causaron
la mayor parte de la destrucción en Kodiak, Cordova y Seward y produjeron
bastantes daños a lo largo de la costa oeste de Norteamérica, especialmente en Crescent City, California.
Algunas olas atravesaron el océano hasta las costas de Japón.
La licuefacción, que tiene lugar cuando sedimentos poco
consolidados, saturados de agua, pierden su consistencia como respuesta a
fuertes sacudidas, causa grandes daños durante los terremotos. Durante el
terremoto de 1989 en Loma Prieta, la licuefacción de las tierras y escombros
utilizados para rellenar una laguna costera produjo una gran subsidencia, fracturación y deslizamiento horizontal del suelo en el
distrito Marina en San Francisco.
Los desprendimientos de tierras provocados por terremotos a menudo
causan más destrucción que los terremotos en sí. Durante el seísmo de Alaska de
1964, los desprendimientos inducidos devastaron la zona residencial Turnagain Heights y muchas zonas
del centro de la ciudad en Anchoraje. Un observador
dio un testimonio muy vivo de la rotura de los terrenos inestables en la zona
de Turnagain Heights: Salí
de mi coche, corrí hacia el norte por la calle, y entonces vi que la ladera
había roto aproximadamente 300 pies hacia el sur desde su borde original.
Nuevos deslizamientos de la ladera me obligaron a volver al coche y volver
hacia el sur unos 180 pies aproximadamente hasta la esquina entre McCollie y Turnagain Parkway. La ladera se rompió hasta la esquina de Turnagain Parkway y McColly y se deslizó hacia el norte.
El URL
original de esta página es: http://pubs.usgs.gov/gip/earthq1/how.html
Mantenida por John Watson y Kathie Watson